Mi trayectoria profesional está marcada por la interdisciplinariedad de mi trabajo y por la transferencia científica.

Tuve la oportunidad de formarme con dos grandes lingüistas chilenos, Marianne Peronard Thierry, primera mujer miembro de número de la Academia chilena de la lengua y don Luis Gómez Macker, también miembro de número de la Academia chilena de la lengua, estudioso de la lengua Rapa Nui e investigador fundamental en la sistematización de la gramática y literatura Rapa Nui. De ambos fui discípula y colaboradora y con ellos investigué estrategias de comprensión lectora y pude comenzar a aplicar la lingüística en diversos ámbitos de la vida de las personas.
Me titulé como profesora de castellano y licenciada en lengua y literatura hispánica el año 1993. Trabajé en educación secundaria 14 años. Mi interés por la aplicación del lenguaje en contextos comunicativos me llevó a estudiar ciencias de la comunicación para abordar los estudios de paz y conflictos. En el año 2003 me titulé como periodista licenciada en comunicación social.
En esta fase comencé a explorar el mundo de la consultoría y la resolución de conflictos de la mano del Dr. Rolando Garrido Quiroz, en Chile; y en Italia trabajé con el Dr. Antonio Maria Baggio y Alberto Lo Presti, dos politólogos que me acercaron a la intervención social y política desde la perspectiva de la fraternidad.
El doctorado en Psicología de la comunicación me permitió integrar mis dos licenciaturas: comunicación y lenguaje. El año 2006 comencé a colaborar con el Dr. Robert Roche, promotor y creador de un modelo de prosocialidad aplicada difundido ampliamente en Latinoamérica y que actualmente, en Chequia y Eslovaquia es aplicado por unos 3000 docentes.


En el grupo LIPA (Laboratorio de investigación Prosocial Aplicada) www.lipa-net.org me especialicé el modelo de la comunicación prosocial. Era un modelo interdisciplinar, que incorporaba el lenguaje y su potencialidad en la construcción de realidades y daba herramientas posibles de transferir para la resolución de conflictos en diferentes contextos. Además, dotaba a la comunicación social de un componente nuevo e innovador (la prosocialidad) que me facilitaba comprender la realidad desde diferentes enfoques culturales.
Mis publicaciones no se centran en una única disciplina, pues la comunicación prosocial es transversal y esto lo demuestran las personas que me citan del ámbito de la medicina, cuidado de mayores, educación, intervención social, ámbito penitenciario, entre otros, lo mismo reflejan los proyectos europeos en los que he participado como autora, investigadora y coordinadora internacional.






Hoy soy co-directora de la red LIPA que congrega a universidades y estudiosos en el tema, he formado a miles de personas en este modelo que es interdisciplinar y flexible, y tengo una amplia presencia en redes sociales con conferencias, webinars, entrevistas. Debido a nuestro modelo de Investigación Acción Participativa que logra involucrar actores locales como co-investigadores, nuestros proyectos han tenido excelente evaluación externa. He podido implementar programas en escuelas primarias, secundarias, universidades, cárceles, en el ámbito social y político, ámbito policial, de violencia machista y hacia personas trans, por nombrar algunas áreas.
